El cigoto presenta cambios moleculares que lo van preparando para la primera división, y aunque parece efímera su existencia, es tan importante al ser el primer destello del inicio de la vida humana, y su existencia nos asegura la viabilidad de nuestra especie.
Entonces ocurre la primera división y aparece el embrión de dos células. El desarrollo embrionario tiene gran importancia, ya que durante esta etapa los principales sistemas de órganos se forman y se diferencian con rapidez. Es por esta razón que la exposición del embrión a agentes teratógenos durante este periodo pueden originar malformaciones congénitas importantes.
La forma del embrión se modifica a medida que se forman los tejidos y órganos, de manera que hacia el final de la octava semana, ya tiene un aspecto claramente humano. A partir de la novena semana se le denomina feto.
El desarrollo del sistema cardiovascular inicia desde muy temprano, algo esperado ya que es indispensable para la supervivencia del embrión, tan es así que a los 18 días de vida aparece el primordio cardíaco, el cual se va desarrollando progresivamente y va adoptando la forma de un tubo para posteriormente plegarse y desarrollar las 4 cámaras cardíacas a las 7 semanas de vida aproximadamente.
El desarrollo cardiovascular implica la formación de casos sanguíneos, células sanguíneas y el corazón, en primer lugar el embrión empieza producir células sanguíneas las cuales penetran en la corriente sanguínea justo antes del primer latido, por lo tanto el sistema vascular también empieza a desarrollarse. El corazón humano comienza a latir de 22 a 23 días después de la fertilización, el latido es lento, menor a 40 latidos por minuto. A las 5 semanas el corazón late 100 latidos por minuto lo que probablemente representa un ritmo auricular propio, y su circulación puede ser estudiada por primera vez mediante ecografía. Para las 7 semanas el corazón ya cuenta con las 4 cámaras, y para las 8 semanas late 160 latidos por minuto, luego se reduce hasta 150 latidos por minuto en el feto de 15 semanas.
Y desde las primeras semanas, la madre experimenta algo único, especial e irrepetible porque cada individuo es único y diferente en toda la historia de la humanidad, en ese momento existen dos corazones completamente diferentes, cada uno latiendo a su propio ritmo pero en armonía, en ese momento el hijo recién concebido es pequeño y vulnerable pero su corazón ya late, no pertenece a tu cuerpo pero tampoco es rechazado como un injerto porque no lo es, es un ser humano diferente que se desarrolla dentro de ti, que tiene vida propia y que ya tiene cuerpo.
Es un ser humano que va escribiendo su propia historia en cada célula, en cada latido, en cada cambio, su vida vale como la tuya.
Nos desarrollamos como seres humanos porque lo somos desde que somos cigotos.
Quiénes han estado en contra de tal realidad no pueden ponerse de acuerdo sobre cuándo inicia la vida humana. Si le permitimos a los representantes políticos que ellos decidan por conveniencia cuándo inicia la vida humana, entonces estamos condenando al más indefenso y a nosotros mismos, porque cuando algún otro sector sea vulnerable correrá con el mismo destino.
Moore, K. L., Persuad, T., & Torchia, M. G. (2020). Embriología Clínica. Elsevier.
Carlson, B. M. (2019). Human Embrology & Developmental Biology. Elsevier.
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